jueves, 24 de febrero de 2011

La serenidad de "Tony" en medio de la crisis

Anthony Garza, el ex embajador de los Estados Unidos en México, es un hombre y un empresario-político que afronta con serenidad cualquier crisis que se le presente.
No obstante estar casado (no hay noticias en contra, aunque rumores sí) con la mujer mas rica de México (María Asunción Aramburuzavala) se mueve sin escoltas y sólo se acompaña de un chofer. Más aún, lejos de ordenar al ayudante le traiga café, él mismo baja del vehículo y pide su "late" (y otro para el chofer) y cuando el dependiente de Starbucks pide su nombre (sin reconocerlo) contesta llano y simple: "Tony".
México, en los últimos 4 años, ha perdido mucho prestigio y posición internacional, tanto para atraer inversiones como turismo. La violencia generalizada ha sido el detonante, pero también el descuido o la incapacidad para afrontar la gravedad de la coyuntura.

El ex diplomático, a pesar del término de su misión, sigue en México y ayer, como en el 2006 cuando fue uno de los soportes del triunfo de Felipe Calderón para superar la difícil coyuntura poselectoral, caminaba por Polanco como si no formara parte, hoy, de la situación política que enfrenta el país.
A la animosidad y rijosidad partidista, se agrega una problemática internacional creciente por los recientes conflictos con Francia, los incidentes con todos los países centroamericanos por la situación de los migrantes, las ostensibles críticas mutuas con Cuba y Venezuela, la animadversión histórica por el liderazgo hispanoamericano con Brasil, los multilaterales problemas con Estados Unidos acicateados por las filtraciones de documentos "secretos" por Wikileaks.

La Jornada, basada en reportes de Wikileaks, reveló ayer que "en un cable confidencial del 1º de septiembre de 2006, el embajador de Estados Unidos en México, Anthony Garza, describió a Felipe Calderón en la mayor situación de debilidad política posible.
"El diplomático consideraba que el gobierno de Estados Unidos corre el riesgo de que los asuntos de mayor importancia para nosotros se estanquen, a menos que podamos enviar una enérgica señal de apoyo para que el futuro mandatario logre imponer su agenda".

Éste es el reporte de una de las tres reuniones que sostuvieron Garza y Calderón en el periodo que corre entre los días posteriores a la jornada electoral y la declaración oficial como presidente electo, registradas en el paquete de mensajes diplomáticos filtrados por Wikileaks.
A punto de ser declarado presidente electo, el candidato panista ganador decía entonces que el suyo "no sería un narcosexenio", calificaba a los presidentes de Venezuela, Hugo Chávez, y de Irán, Mahmud Ahmadineyad, con una capacidad sin límite para armar líos y aunque en los despachos diplomáticos no se emiten juicios de valor, sí se deja constancia del apego incondicional de Calderón a todos los planteamientos de la contraparte estadunidense y se reportan los problemas por los que atravesaba: tensiones dentro de su propio partido y con el presidente Vicente Fox, una evidente debilidad política por la magra ventaja de votos que reportaba a su favor el arbitraje electoral, una victoria política ensombrecida por la duda, y falta de coordinación y claridad dentro de su equipo más cercano en el proceso de transición.
Faltaban cuatro días para que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) declarara oficialmente el triunfo del candidato panista.

Habían transcurrido dos meses desde las elecciones presidenciales de 2006, el conflicto poselectoral y la protesta popular estaban en su apogeo.

El representante del gobierno de George Bush en México anunció a sus superiores en el Departamento de Estado que, una vez que el TEPJF declarara electo al panista, un equipo de la misión, bajo su cargo, se involucrará activamente con el equipo de transición de Calderón para promover y hacer progresar las áreas que son prioritarias para los Estados Unidos.
Todo esto en el despacho, calificado de confidencial, dirigido a la Subsecretaría de Estado de Asuntos Hemisféricos.

Transcurrieron ya 4 años y "Tony" (así le llaman para entregarle sus 2 "late") sigue en México observando cómo la agenda internacional se agrava.
Ojalá prevalezca la voluntad del Imperio para superar ahora esta crisis, quizá no tan grave pero si letal, para el futuro de México porque abona algo que cuesta mucho trabajo y dinero tener: prestigio.

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